jueves, 26 de julio de 2012

Resumen 3º Café Filosófico de Albacete (25/07/12): EL SUFRIMIENTO

"Todo el mundo quiere vivir bien", decía uno de los asistentes a la "Merendola Filosófica" celebrada ayer en el parque la Pulgosa, de Albacete. Quizá por eso ―porque todos queremos vivir bien― se explica la asistencia de 9 filocafeteros dispuestos a sufrir, con tal de comprender mejor qué es eso del sufrimiento, las inclemencias del tiempo: las meteorológicas ―por el calor que nos acompañó en el largo camino hasta llegar al parque― y las propiamente temporales ―quizá las seis de la tarde en un día tan caluroso y con la especial circunstancia de la nueva y lejana ubicación para la celebración de la tertulia no era la mejor hora―. A pesar, pues, de lo dicho y del tema a tratar ―éste era el sufrimiento, la sesión fue de lo más placentera debido a la compartición de una buena merienda y aún mejor charla a la sombra de los árboles, sentados en contacto con el frescor del césped de este bello enclave. Repasemos algunos de los aspectos más significativos de la charla.
Primero tratamos de identificar al sufrimiento: ¿qué es? Y esta vez lo descubrimos gracias a sus opuestos: bienestar, felicidad, paz, estabilidad, seguridad, tranquilidad... De tal forma que sufrir es todas y cada una de las cosas que se oponen, a saber: malestar, infelicidad, turbación, inestabilidad, inseguridad, miedo, 
angustia...
¿Dónde se origina? ¿Cuáles son sus fuentes? Fundamentalmente fueron señaladas tres fuentes de sufrimiento: 1) naturales (el mundo), 2) humanas (nosotros) y 3) divinas (lo espiritual). También es posible reducir esta lista a un sólo elemento: la realidad o aquello de lo que creemos que ésta se compone. Sufrimos aquí y ahora. ¿La desembocadura del sufrimiento? Nuestra ―hasta ahora― inexorable muerte. Sobre ésta también hablamos en el contexto de nuestros miedos.
¿Es el sufrimiento útil? Para uno de los asistentes el sufrimiento era criterio de bondad social: "Si algo hace sufrir a otro no es bueno hacerlo". ¿No conecta esto directamente con el anterior tema, EL AMOR, cuando se decía que no es amor aquello que nos hace daño? Por otra parte, algunos asistentes concordaban en que el sufrimiento, además de inevitable en ciertos momentos, es necesario para provocar una activación en nosotros, un pellizco que nos mueva a despertarnos, a actuar. El sufrimiento, así visto, es una alarma. Una alarma que, si se prolonga por demasiado tiempo, puede desquiciarnos. "El sufrimiento prolongado es destructivo e inútil", se decía. Pero, yendo más allá, ¿qué clases de activación, de respuestas, podemos y solemos dar cuando sufrimos? La lectura de "Anatomía del miedo (Un tratado sobre la valentía)", de José Antonio Marina, nos revelaba dos posibilidades: 1) enfrentarnos al sufrimiento, es decir, "desactivar" la alarma y 2) enfrentarnos al objeto del sufrimiento o, en otras palabras, enfrentarnos al peligro que ha activado dicha alarma. Lo primero se consigue mediante la evasión; lo segundo, mediante la valentía.
Finalmente, acabamos por centrarnos en las fuentes de dolor humanas y se citaba a Marina, una vez más, al mencionar una frase que, al parecer, solía repetir a menudo al participar en alguna tertulia radiofónica:  "Dios, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que puedo, y sabiduría para conocer la diferencia”. A este respecto, distinguíamos en lo humano dos clases de dolores: el daño y la ofensa. El daño, en tanto que sufrido, inevitable; y la ofensa, cuyo sufrimiento depende del ofendido, en tanto que acepta o no el agravio.
De estas y otras muchas cosas dialogamos en esta, nuestra tercera sesión, ¡que no la última! Aunque para la próxima, ya en el Embrujo de Granada de nuevo, habrá que esperar hasta el 22 de Agosto. Y para que veáis que no nos hemos olvidado de vosotros, ¡oh, pobres filocafeteros que no pudisteis asistir este miércoles!, tenemos para vosotros una encuesta con cuatro propuestas para la próxima sesión sugeridas al cabo de la "merendola" por los asistentes: educación, ética (y especialmente su papel en la actual crisis moral), trabajo y religión. ¡Podéis votar hasta el 15 de agosto!

¡Hasta dentro de un mes, filocafeteros!

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